Cirenia Villacorta, exsecretaria de la Diputación de León: “El asesinato de Carrasco y la detención de Martínez fueron un tsunami”

Cirenia Villacorta, secretaria de la Diputación durante el último cuarto de siglo en el Palacio de los Guzmanes.

Carlos J. Domínguez

Entre sus acepciones, la Real Academia de la Lengua recoge que “secretario” también significa “persona depositaria de algún secreto de otra”, amén de quien se encarga de las más altas labores administrativas de una institución.

Cirenia Villacorta Mancebo, leonesa de nacimiento, se acaba de jubilar como la sempiterna secretaria de la Diputación de su provincia, León. En un cuarto de siglo 'a los mandos' internos, ha visto pasar diez Corporaciones, diez presidentes y presidentas, decenas de cargos políticos. Por eso atesora algunos de los más importantes secretos del Palacio de los Guzmanes, su histórica sede en la capital. No en vano, aunque alcanzó la cúspide de la Secretaria General en octubre de 2006, hace 18 años, hace un cuarto de siglo (desde 1999) ya era vicesecretaria.

Como buena funcionaria, gestiona el cuestionario de ILEÓN en la entrevista de su despedida laboral con la minuciosidad de cualquiera de los miles de expedientes que han pasado por sus manos. Y como ávida lectora, no se resiste a una grata conversación y unas explicaciones dignas, por momentos, de algunos de sus clásicos amados. Siempre con humildad (“yo soy muy poquita cosa”) y una discreción casi a prueba de bombas. Casi.

¿Qué característica principal destaca de la labor de un secretario municipal, provincial en este caso?

De las dos atribuciones estatutarias de la función de secretaría, considero que la de asesoramiento legal preceptivo es la que, a lo largo de mi devenir profesional, ha ido cobrando de mayor preponderancia. A título ilustrativo, hace años en materia de contratación solo se exigía la emisión de informe previo con ocasión del ejercicio de las prerrogativas de interpretación, modificación y resolución, mientras que, en actualidad, los habilitados nacionales debemos informar en un elenco mayor de supuestos.

La desaparición física de una persona -Isabel Carrasco- de forma tan abrupta no tiene parangón, pero la pandemia fue espantosa

Y con tantos años de bagaje en un mismo destino, ¿qué momento concreto le ha resultado profesionalmente más duro y cuál más satisfactorio?

Satisfactorios han sido muchos, jalonados en diversos mandatos corporativos y todos ellos vinculados a logros en pro de facilitar nuevos servicios. Destacaría la apertura del aeropuerto de la Virgen del Camino para el uso civil, la inauguración de los tres museos provinciales, y la apertura de los parques de bomberos. En cuanto al más duro, destacaría el periodo de la pandemia y, en particular, el del confinamiento, debido a las dificultades planteadas a efectos de poder garantizar los servicios esenciales que la Ley de Bases de Régimen Local encomienda a las diputaciones provinciales. A pesar de que 2014 fue un año convulso, y le aseguro que a pesar de la extrañeza que causa la desaparición física de una persona -el asesinato de la presidenta Isabel Carrasco- de forma tan abrupta, que no tiene parangón, la pandemia fue espantosa.

Supongo que porque la pandemia supuso el reto inédito de tener que reinventarse.

Sí, un poco esa es la explicación. Yo desde luego trabajé todos los días a excepción de uno. Pero el problema es que nosotros teníamos centros sociosanitarios muy importantes. No era cualquier cosa. Y habría que facilitar lo más posible a los municipios de la provincia de León ciertos servicios y ciertos suministros, que eran difíciles, como todos sabemos. Hubo que redoblar todo tipo de esfuerzos. Lo normal es que a las doce, como a la una de la madrugada, estuviéramos en comunicación telefónica y, por supuesto, vía email. Aquello no tenía horas.

No hacía falta una pandemia mundial: hay quien al hablar de su labor como secretaria ha defendido siempre que usted no tuvo nunca horarios…

No, aquello era una cosa súper excepcional. Y además, cuando ya empezaban a llegar las noticias de que efectivamente sí podía haber algún fallecimiento, etcétera. Es que nosotros teníamos varios centros sociales. Fue una responsabilidad absolutamente extra. Y luego estaba todo el tema de la coordinación de los CEAS (Centros de Acción Social) y el servicio que podían prestar en los distintos domicilios de toda la provincia.

Los leoneses más vulnerables, los que precisamente más necesitaban, estando en los pueblos, envejecidos.

Sí, la gente que más sola se encontraba, la que menos posibilidades tenía de que sus familias les pudieran ayudar. Mucha angustia, había mucha gente sola. La gente se dedicaba al área de Servicios Sociales… Y nosotros teníamos que estar al tanto de los procedimientos administrativos. Además, hubo un momento en que no se sabía la dimensión de aquello, había una incertidumbre muy grande y necesitábamos estar yendo en la buena dirección. De hecho, nosotros perdimos a uno de nuestros efectivos así más valiosos: el vicetesorero. Falleció, con cincuenta y pico años… Fue un impacto ya incluso en lo personal también.

En la Diputación de León, la dirección ha sido siempre política. Los funcionarios llegamos hasta el nivel que llegamos, pero no a la toma de decisiones

Reza un dicho popular que “en los ayuntamientos o manda el secretario”. ¿Cómo ha sido ese equilibrio en la Diputación estando usted en la Secretaría?

Aquí la dirección ha sido siempre claramente política. Esto ya en este momento ya está muy claro: la dirección es política y los funcionarios, llegamos hasta el nivel que llegamos, pero no a la toma de decisiones. Podemos aconsejar en algunos momentos respecto de alguna toma de decisiones, pero ya escasamente con criterios de oportunidad. Al nivel mío predomina el planteamiento con criterios de legalidad.

Y en esas recomendaciones, en esas sugerencias, en lo que por experiencia uno puede aportar a los diferentes presidentes o diputados, ¿siente que te han hecho caso? ¿Le han escuchado y tenido en cuenta?

En líneas generales puedo decir que sí. Yo he trabajado en ese sentido muchas veces, codo con codo, en los temas más difíciles con ellos.

Pues, si me permite, vamos 'al lío' con ellos. ¿Se anima a definir muy brevemente a todos ‘sus’ presidentes y presidenta?

A ver: De Alberto Pérez destacaría una gran capacidad de trabajo y de gestión, unido al fervoroso deseo de modernizar la provincia. De Agustín Turiel resaltaría, quizá por su condición de alto funcionario, su rigurosidad en el trabajo y en particular su empeño por hacer del aeropuerto de León una realidad.

Un hito, el aeropuerto, que quizá haya quien no recuerde que fue impulso, casi empecinamiento, de la Diputación.

El aeropuerto fue un proceso extraordinariamente complejo porque se ejecutó una pista pero no servía de nada si no entraba a formar parte de la red pública de aeropuertos, de Aena. Hasta que se consiguió realmente el uso civil de la pista y que la intervención de Aena fuera la que tuviera que ser.

Siga.

José Antonio Díez llevaba la impronta de jurista a la tarea. Recuerdo su inmersión concienzuda en los expedientes complejos y su voluntad de dinamizar la provincia dotándola de infraestructuras como el CTR (Centro de Tratamiento de Residuos, ejecutado tras años de gran contestación social). Fue otra cuestión, francamente, ardua y compleja. Y el edificio Pallarés (entonces de la Diputación, hoy Museo de León): la negociación con el Ministerio y la enajenación, la adquisición y la ejecución de la obra. Después, de Javier García-Prieto ensalzaría su talante conciliador, su particular saber hacer y su compromiso con el mundo de la Cultura. No en vano, el Museo de los Pueblos Leoneses se realizó bajo su mandato.

¿Cree que con García-Prieto fue una de las épocas más boyantes en cuanto a infraestructura cultural de León?

Para mí, el organismo autónomo cultural es de lo más agradecido en lo que a la respecta al trabajo. (El Instituto Leonés de Cultura ILC) También es un poco legatario de la institución Fray Bernardino, ahí nuestros antecesores nos han dejado un legado importante, tanto los políticos como los funcionarios, como los secretarios, que estuvieron siempre muy implicados. Por ejemplo, Florentino Agustín Díez (padre del escritor Luis Mateo Díez), que trabajó mucho en el pro de la institución Fray Bernardino y que en alguna medida fue luego el germen del Instituto Leonés de Cultura.

Está bien destacarlo porque la parte cultural de la Diputación no siempre brilla tanto, al menos en la agenda política.

Brillar brilla: para la Diputación de León es una de sus señas de identidad. Yo he sido secretaria del Instituto Leonés de Cultura y dentro de las secretarías que me ha tocado llevar de diversos organismos, ha sido sin duda alguna la más interesante.

Tres museos dice que recuerda muy especialmente.

Sí. El Monasterio de Carrracedo, lo inauguró en Alberto (Pérez Ruíz). Menuda obra. Luego el Museo de los Pueblos (etnográfico, en Mansilla de las Mulas). Y además del Palacete de Independencia, que es como una ampliación en definitiva de la Sala Provincial, está también el Museo de la Fauna Salvaje, de la época de José Antonio Díez: Fue un expediente largo y que tuvo sus complejidades, había cesiones de montes de utilidad pública y otras cuestiones. Es un atractivo para la zona, en el ámbito de las estaciones de esquí, Boñar, esa parte de la montaña.

De Isabel Carrasco realzaría el énfasis que ponía en la célere resolución de los procedimientos, unido a su interés por potenciar turísticamente la provincia. Luego, en su corta presidencia, Marcos Martínez Barazón siguió una línea continuista

Y con las estaciones de esquí, con San Isidro, llegamos también a Isabel Carrasco y a su mano derecha y sus sucesores.

De Isabel Carrasco realzaría el énfasis que ponía en la célere resolución de los procedimientos, unido a su interés por potenciar turísticamente la provincia. Luego, en su corta presidencia, Marcos Martínez Barazón siguió una línea continuista a la de su predecesora. Luego, de Emilio Orejas remarcaría su interés porque todas las actuaciones se desarrollasen en el marco de la legalidad, así como por potencializar el activo de las estaciones de esquí. De Juan Martínez, acentuaría su capacidad para colaborar con otras administraciones en la gestión de asuntos intrincados que se hallaban pendientes de ejecución, auspiciado por su sentido cooperativo y modernizador.

Aquí vino un nuevo cambio de signo político, volvió a gobernar el PSOE, con apoyo de UPL, hasta ahora…

Pues de Eduardo Morán resaltaría su compromiso con el mundo rural, muy especialmente con las entidades locales menores, y su capacidad de trabajo y entrega durante el periodo de la pandemia que llevaría a situar el amplio elenco de servicios sociales que presta la Diputación en altos estándares de eficacia. Y finalmente, de Gerardo Álvarez (actual presidente desde hace menos de un año), su particular empeño en culminar satisfactoriamente la implantación de servicios ya iniciados por otras presidencias tales como el Sepeis (Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento) de León. Ahí la Corporación anterior removió muchos obstáculos, sobre todo de cara a la tasa de reposición de los efectivos para poder tener el suficiente número de bomberos, tras la sentencia que impedía otra vía que no fuera la de que los bomberos fueran empleados públicos, funcionarios. El presidente anterior se tuvo que implicar mucho a nivel de ministerio para poder remover ese obstáculo y que la tasa de reposición no impidiera la dotación de los efectivos.

El 12 de mayo de 2014 sería una fecha que nunca deberíamos recordar

Volvamos atrás. A un annus horríbilis que muchos no viven ni una vez en toda su vida: en 2014, hace una década, muere asesinada una presidenta, Isabel Carrasco, y detienen y encarcelan a otro por corrupción, Marcos Martínez Barazón. ¿Cómo lo vivió, cómo lo valora?

Para mí 2014... El 12 de mayo de 2014 sería una fecha que nunca deberíamos recordar. Porque es algo que nunca debió acontecer. Cualquier diferencia y discrepancia solo puede dirimirse dentro de los cauces del Estado de Derecho.

Quizá haya quien piense justo lo contrario: que hay que recordar que ese no es el camino, por más animadversión que recibiera la presidenta...

Pero cualquier diferencia, cualquier animadversión, cualquier discrepancia, cualquier problemática, por ardua que sea, no puede encontrar salida más que a través de los cauces del Estado de Derecho.

Ella y su entorno llegaron a decir, antes del asesinato, que por entonces ya se notaba un ambiente un poco tenso, enrarecido. Coincidió con que entonces incrementó la seguridad en el Palacio de los Guzmanes.

Había, se captaba un humus de cierta tensión, pero no como para que pudiera tener un desenlace de esa naturaleza. (Al Palacio) Accedía mucha gente, sí, y con una libertad excesiva. Con distintos propósitos. Muchos por visitar el palacio. Y la vigilancia es algo que se venía hablando desde hace mucho tiempo, que en el Palacio no podía entrar cualquiera y a cualquier hora, por muy visitable que fuera. Ahora, que había un poquito de tensión, pues sí.

Y por si le faltaba algo a aquel año, es detenido y encarcelado todo un presidente de la Diputación, algo no menos histórico…

Eso fue una sorpresa exactamente igual que la otra: Un auténtico estupor. Además, tampoco teníamos claro a qué obedecía aquella detención, porque además, respecto a lo que había en los documentos, en los expedientes, desde luego, la relación causa-efecto para nosotros no era fácil de explicar. Todo junto fue un tsunami, un tsunami, porque desde luego era completamente inesperado.

Todo ocurrió en un breve período. Y hay que le atribuye a esto el récord de millones de euros que se arrastran sobre desde entonces de remanentes, de dinero sobrante año tras año, presupuesto tras presupuesto, porque los hechos pudieron afectar necesariamente a trámites y a decisiones políticas.

Pero no hubo inacción, no. La Corporación que continuaba en el ejercicio de sus cargos al frente de la Presidencia de Emilio Orejas, gestionó lo que era actual en ese momento. Y tampoco quedaba mucho para el final de mandato. Fueron aproximadamente unos seis meses. Ya entramos enseguida en el periodo de administración ordinaria como consecuencia de la convocatoria de las siguientes elecciones.

Sin duda alguna, la actuación judicial contra Marcos Martínez Barazón me pareció exagerada

Personalmente, ¿le pareció exagerada la actuación judicial contra Marcos Martínez Barazón en su momento? Pasó del despacho de Presidencia a la prisión...

Sin duda alguna. Claro. Una privación de libertad... Vamos, en los expedientes de contratación no se encontró mácula alguna, que era lo que inicialmente se buscaba. En ciertos aspectos de publicidad institucional que se pagaron mediante reconocimiento extrajudicial de crédito, en lo que atañía a la tramitación no se observó ni se advirtió nada.

En tiempos de feminismo, ¿ha sentido en el desempeño de su responsabilidad alguna diferencia por el hecho de ser mujer? Porque a lo largo de tantos años, la concepción femenina en España ha dado un giro inmenso.

En ningún momento mi condición de mujer ha supuesto óbice o cortapisa para el desempeño regular de mis funciones, el tratamiento por parte de los presidentes y de los miembros corporativos ha sido siempre respetuoso, dándome mi lugar dentro de la institución.

¿Y siente en algún momento el secretario de una institución tan histórica como importante para muchos habitantes la sensación de tener en sus manos un gran poder?

La percepción que de forma reiterada he tenido como consecuencia del desempeño del cargo ha sido, simplemente, la propia de la asunción de una gran responsabilidad a efectos de que quien ejercía el poder, no yo, pudiese hacerlo dentro del respeto del marco legal y con garantías de seguridad jurídica.

En ningún momento mi condición de mujer ha supuesto óbice o cortapisa para mis funciones; el tratamiento de los presidentes y diputados ha sido siempre respetuoso

¿Y en una cabeza como la suya?…

No, no, por dios… ¡Yo soy muy poquita cosa!

No, deje que me explique: quien ejerce de secretario ha que tener una visión muy completa, y muy detallada, de muchísimas cosas. Un diputado provincial, ojo, sin minusvalorarlo, se limita a un área, dos a lo sumo. Pero de un presidente, un alcalde o un secretario dependen muchas personas, muchos trámites, muchas dificultades… Yo creo que abarcar todas las ramas de una institución pública, los entresijos de cada uno de los departamentos, con toda la enorme complejidad que tienen, eso no entra en cualquier cabeza.

Bueeeno, bueeeeeno… Requiere una visión un poco más omnicomprensiva. Pero yo creo que en esas cuestiones lo más importante es la característica de la flexibilidad. O sea, hay que tener la idea de que las organizaciones que aprenden son aquellas que son más flexibles. Yo tengo una idea de la organización muy personal, puesto que casi, casi milito en las filas del Desarrollo Organizacional. Y entiendo la organización como la interrelación de las personas que la conforman, fundamentalmente. Lo contrario a eso es vivir un poco confundidos entre los organigramas y los edificios. Es ahí donde creo que lo más importante es la flexibilidad. Y muchas veces se trata de entender más que de saber, porque de todo no sabes. La falta y la limitación en la condición humana está de partida. Y con eso hay que contar. Y tener muy presente que ni todo es éxito ni todo es fracaso, que también se fracasa. Pero los fracasos no nos deben atenazar y los errores no se deben esconder: suponen una oportunidad de aprendizaje y en parte de mejora. En general, hay mucho miedo a no desvelar los errores por miedo a que evalúen negativamente.

Eso igual había de decírselo en general a los políticos, es muy complicado que en los partidos se admita cualquier error, por mero cálculo electoral.

Bueno, eso es como todo: depende un poco de la personalidad de cada uno, hay algunos (políticos) que son mucho más capaces de aceptar y asumir esos errores que otros, por el miedo que cada uno tiene al fracaso, es de las cosas que más atenazan.

Yo conocí la máquina de escribir con papel calcante… Ahora me imagino que la inteligencia artificial será una herramienta importante y se generarán incluso nuevos principios de actuación

Ha ejercido como secretaria secretaria en Valladolid, en la zona de la Ribera del Duero, en Bembibre en El Bierzo, en Benavente y en la Junta de Castilla y León. Y llegó muy pronto a Diputación. ¿Son tan revolucionarios algunos cambios desde entonces acá como parece?

Hombre, yo que conocí la máquina de escribir con papel calcante… Ahora me imagino que la inteligencia artificial será una herramienta importante y se generarán incluso nuevos principios de actuación. En nuestro trabajo hoy lo que nos permite la tecnología sobre todo es acceder a mayor información, pero el derecho sigue siendo un mundo valorativo, estamos llamados al discernimiento y esa actividad intelectual hay que seguirla haciendo. En mi opinión, no es de momento una cuestión mecánica.

Bajo su punto de vista, ¿es la Diputación de León una institución del siglo XXI y con plena utilidad para los pueblos de la provincia?

No cabe la menor duda de que la Diputación Provincial de León sigue siendo una institución de gran utilidad para todos los pueblos y, en particular, para los más pequeños, tanto desde el ámbito de las prestaciones como también en las funciones de asesoramiento, Máxime en un contexto, como el actual, de déficit de funcionarios de Administración Local con habilitación de carácter nacional.

¿Se va usted con alguna espinita clavada? ¿Hay algún proyecto que le hubiese gustado dejar con el expediente atado y bien atado?

Puesto que hemos trabajado mucho en la implantación del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios, a mí me hubiera gustado firmar ya los parques (comarcales de bomberos) del nivel 3A, porque sería tener el servicio implantado con otros estándares de calidad en toda la provincia.

Eso y el personal que todavía se necesita, para que el servicio y los parques funcionen como es debido…

Sí, están ahora en otro procedimiento de contratación. Ahí hay una ardua tarea que está llevando a cabo el servicio de Recursos Humanos para dotación de 20 plazas más, al menos, de bomberos y, además, jefes, suboficiales, jefes de servicios...

Aparte de la impronta personal que cada cual imprime allí donde está, ¿qué consejo le regalaría a quien se vaya a sentar ahora en la Secretaría General del Palacio de los Guzmanes?

Que oriente su actuación con el único estimulo de trabajar por la mejora de la provincia de León y el bienestar de sus ciudadanos que, en sí mismo, constituye una tarea apasionante.

Veo una provincia que, pese a sus grandes atractivos, adolece del capital humano y económico necesario, y como un espacio con enormes dificultades para retener el talento joven. Sueño en que seamos capaces de revertirlo

Ahora que hay tiempo de echar la vista atrás, ¿lo suyo fue vocacional?

Pues sí había tradición familiar: mis abuelos ya habían ocupado puestos de responsabilidad en el ámbito local y mi madre, como maestra que ejerció en el ámbito rural una temporada, con los secretarios de los ayuntamientos era la colaboración habitual. También debo mucho también a los secretarios que me antecedieron (en la Diputación): Jaime Fernández Criado; Valle Cabero; y Florentino Agustín Díez. Y a quien además fue mi preparador de oposiciones: Monseñor Argüeyo, que además del Derecho Administrativo me enseño a que se discurriera siempre por los cauces de la ética. Muy excepcionalmente me preparó, era profesor de Derecho Administrativo en la Universidad de Valladolid, y tuve suerte. Mantengo unas deudas de gratitud impresionantes porque fueron anclajes imprescindibles en mi vida profesional.

Y por su parte, ¿a qué se va a dedicar ahora sus capacidades y sus gustos tras la jubilación?

Pues cada día tiene su afán. Pienso que son etapas que hay que pasar y que vendrá otra que tendrá otras perspectivas. Por ejemplo, a mi me gusta la lectura y echo mucho de menos la falta de tiempo para leer y releer algunos clásicos, tengo clubs de lectura, el cine… Me parece lo más tentador.

¿Cómo ve realmente, y también cómo sueña, en futuro de la provincia de León?

Veo una provincia que, pese a sus grandes atractivos, adolece del capital humano y económico necesario a efectos de su explotación en la medida más beneficiosa para sus ciudadanos, y como un espacio con enormes dificultades para retener el talento joven. Por eso, sueño que, entre todos, estas deficiencias no solo no se agudicen sino que seamos capaces de revertirlas.

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