La Junta prohíbe acudir de noche en mayo a montes de Villablino y Palacios del Sil para proteger al urogallo

Urogallo macho cantando durante los censos de los años 80 de la Universidad de León. / Foto de Vicente Ena

La Junta de Castilla y León anunció este martes que regulará hasta el próximo 31 de mayo, desde las 23.00 hasta las 9.00 horas, el acceso a áreas críticas de urogallo en los términos municipales de Villablino y Palacios del Sil, en la provincia de León.

La medida se adopta para evitar molestias en su época de celo del animal, en estado muy crítico de extinción, y restringe el acceso, tránsito y estancia de personas en esas áreas.

La medida será de aplicación en montes de utilidad pública incluidos en las áreas críticas AS-4, AS-10, AS-11, AS-15 y AS-24, conforme se definen en el anexo II del Plan de Recuperación del Urogallo Cantábrico, y ubicadas en los términos municipales citados, que se corresponden con zonas de monte y bosque.

El incumplimiento de estas medidas está tipificado como infracción grave a la Ley 4/2015, de 24 de marzo, de Patrimonio Natural de Castilla y León, pudiendo conllevar multas desde los 5.001 hasta los 200.000 euros.

La norma aprobada va dirigida a los visitantes y no afecta a los propietarios de los terrenos, ni a los titulares de derechos sobre su uso, en particular los vecinos que participen en los aprovechamientos vecinales, ni a los titulares de otros aprovechamientos, ni a los responsables del mantenimiento de los servicios públicos municipales o de vigilancia, ni a las personas que participen en otros trabajos expresamente.

Hay que recordar que el último censo oficial realizado en España determinó hace dos años que tan solo 292 ejemplares de urogallo Cantábrico y que éstos sobreviven en un área de distribución de 350 kilómetros cuadrados de la Cordillera Cantábrica, el 80% de los cuales se localizan en las comarcas leonesas de Alto Sil y Omaña, en el norte de la provincia leonesa, y el 20 % restante, en el suroccidente asturiano.

Sistema de vigilancia especial

De manera simultánea a la regulación del acceso, se ha establecido un operativo para la vigilancia de la zona, con la participación de agentes medioambientales, celadores de medio ambiente y las Patrullas oso y urogallo de la Fundación del Patrimonio Natural de la Junta de Castilla y León. Igualmente, se han colocado señales en los accesos para informar a los visitantes sobre la regulación temporal que se aplica.

En un comunicado recogido por Ical, desde el Gobierno regional recuerdan que el urogallo cantábrico es una especie catalogada en peligro de extinción y descrita en situación crítica mediante Orden TEC/1078/2018, de 28 de septiembre, del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, y cuya población silvestre se encuentra por debajo de los 200 ejemplares.

Además de las medidas de gestión activa adoptadas por las comunidades autónomas y el Ministerio para intentar frenar y revertir el declive de esta especie amenazada, es de vital importancia adoptar medidas de carácter preventivo para evitar y reducir las molestias en una época clave como es el celo.

En este periodo, los machos y las hembras de urogallo se reúnen en enclaves que recogen características adecuadas de hábitat. Es al atardecer cuando los machos llegan a su punto elegido para el celo, donde duermen, y al amanecer comienzan a reclamar a las hembras con su canto característico.

Debido a la concentración de ejemplares alrededor de los cantaderos, la existencia de molestias en esta época es muy perjudicial para la reproducción, ya que podría conllevar el abandono de las zonas de canto por los machos y las hembras.

El Plan de Recuperación del Urogallo Cantábrico (Tetrao urogallus cantabricus) recoge medidas para la protección del urogallo, entre ellas la posibilidad de regular el acceso por caminos, pistas y la restricción de accesos a las áreas críticas.

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