Marta del Riego: “Los escritores utilizamos la imaginación para llevar hasta el final situaciones que nos cuentan”

La escritora bañezana Marta del Riego

Manuel Cuenya

“...Sena pedaleó furiosamente. Si no se daba prisa, llegaría tarde y le caería una bronca. Subió a la acera para evitar los semáforos en rojo de la Friedrichstrasse, alguien la regañó al pasar por su lado. ¡Conduzca por la calzada! Cruzó sobre los raíles del tranvía con la rueda en transversal para no quedarse encajada, torció a la izquierda en Unter den Linden adentrándose entre los coches y, después de sortear a los turistas que inundaban la puerta de Brandemburgo, se internó en Tiergarten. Un aroma profundo y húmedo le llenó las fosas nasales. Adoraba ese parque, con sus senderos umbríos y sus praderas algodonosas. Un parque para perderse con un novio, con un amante. Inspiró hondo y adelantó a un ciclista... y Berlín pareció de nuevo un lugar azul, y el futuro azul se extendía ante ella y se lanzó alegremente y con los ojos cerrados a ese fulgor azul...”.

('Mi nombre es Sena', Marta del Riego Anta)

Después de obsequiarnos con 'Sendero de frío y amor' en el 2013, la periodista y narradora bañezana Marta del Riego Anta acaba de publicar ahora una nueva novela, 'Mi nombre es Sena' (HarperCollins, 2016).

Cabe recordar, antes de adentrarnos en su reciente obra, que 'Sendero de frío y amor' es una portentosa narración, la cual contiene sabias reflexiones acerca de la vida, el amor/desamor, la memoria y la muerte, los grandes y eternos temas literarios/vitales.

Aunque esta novela arranca en 1975, con la desaparición de un personaje clave, Ella, Esa Mujer, cuya ausencia/omnipresencia es definitiva en la trama de la novela, su autora la ambienta en los años 90, en el suroeste leonés, con la movida de la droga, el juego de las chapas y la prostitución en La Salgada -territorio legendario que hace pensar en Macondo-, en este caso situado en el Páramo, tal vez en La Bañeza, su tierra.

Ya en su anterior libro se percibía un estilo cinematográfico, visualmente muy atractivo –aparte de un sabio empleo de todos los sentidos: olores, sonidos, sabores... a la hora de contar y describir– que lograba mantenernos enganchados, como lectores, desde el inicio hasta el fin, algo que su creadora vuelve a aplicar a 'Mi nombre es Sena', aunque en este caso desplace la acción a Berlín, esa ciudad en construcción, donde viviera durante cinco años.

Un Berlín reconocible, al que Marta llegó a finales de los 90, cuando la ciudad se preparaba para convertirse en la capital de la nueva Alemania reunificada. “Todo estaba en construcción y desprendía una energía que me 'contaminó'. Es una ciudad de una belleza introvertida, llena de cicatrices de la historia, pero a medida que la vas descubriendo te va atrayendo más”, matiza esta entrenada narradora, que trabaja como redactora jefa de la glamurosa revista 'Vanity Fair', donde escucha historias todos los días, “historias de políticos, de infidelidades, de realeza, de traiciones, de estafadores, de éxito y de caída...”, lo que alimenta su imaginación y por ende le abre perspectivas insólitas.

“Es como una plaza pública, un filandón de alto nivel... Además, nuestro 'Vanity Fair' se inspira en los grandes reportajes del 'Vanity Fair' norteamericano y del 'New Yorker'”, donde escribieron, por ejemplo, Gore Vidal o Truman Capote, “allí nació ese magnífico género que mezcla el periodismo con la literatura”.

Berlín es una ciudad de una belleza introvertida, llena de cicatrices de la historia, pero a medida que la vas descubriendo te va atrayendo más

Cuenta que, después de su anterior novela, necesitaba un cambio de escenario radical. Y por eso eligió la ciudad de Berlín, donde estudió alemán en profundidad, lo que, según ella, le ayudó a comprender su propia lengua. Aunque en 'Mi nombre es Sena' queda un poso del noroeste rural, “como si caminaras por tierra fría y se te metiera entre los dedos de los pies”, porque la protagonista es de un pueblo de León, algo que no puede borrar de su pasado.

La literatura como válvula de escape y una forma de viajar

A primera vista, podría dar la impresión de que el personaje principal, Eugenia/Sena, esa chica española introvertida y a la vez explosiva, que procede del noroeste español, es la propia autora, porque, como diría el escritor Julio Llamazares, toda novela es autobiográfica y toda autobiografía es ficción; sin embargo Marta aclara que no tiene nada que ver con su 'prota', habida cuenta de que a ella nunca le han sucedido tantas peripecias apasionantes.

“Sena es un personaje muy alejado de mí, lo he querido construir así a propósito, lo opuesto a mí. Lo que sí es cierto es que vive una época y un momento que yo viví y por eso lo puedo describir tan vívidamente”, apostilla, convencida de que muchas novelas no tienen nada que ver con la vida de su autor.

Sena es un personaje muy alejado de mí, lo he querido construir así a propósito, lo opuesto a mí. Lo que sí es cierto es que vive una época y un momento que yo viví y por eso lo puedo describir tan vívidamente

“Lo que sucede es que los escritores utilizamos la imaginación para llevar hasta el final, hasta el extremo, situaciones que nos cuentan o que muy lejanamente hemos experimentado, incluso observado”, especifica esta viajera y poeta a la que le gusta contar historias que emocionen no sólo a los lectores y lectoras sino a ella misma, porque se divierte mucho escribiendo y eso le permite viajar a lugares lejanos. En todo caso, la escritura creativa es algo esencial en su existencia, igual que comer, dormir o respirar.

“El día que no escribo, aunque solo sea media hora, siento que me falta algo”. La escritura creativa, lejos de ser un proceso doloroso –según ella– es una válvula de escape y una forma de viajar. Y 'Mi nombre es Sena' le ha permitido viajar, revivir aquel Berlín de finales de los 90 y principios del 2000 a través de la construcción de una historia de amor loco entre un judío ruso mafioso (Yuri) y Sena. Podría decirse, en palabras de su creadora, que es una novela de acción, a la vez que una historia de amor loco, a la vez que la novela de la construcción de una mujer, de cómo alguien que no sabe quién es descubre su verdadero yo.

Creo que es un relato trepidante, que además te hace pensar: sobre las relaciones de pareja, los lazos familiares tóxicos y la dureza de la emigración.

Narrada desde diferentes puntos de vista, Marta emplea en algunas ocasiones o pasajes la segunda persona del singular porque cree que hay escenas que pueden tener más fuerza cuando se narran desde un punto de vista extraño, como puede ser la segunda persona, “que se usa muy poco en literatura. Eso hace que lo que se cuente tenga mucha más fuerza. Es una decisión estilística”. Y, en este sentido, le gusta escribir de un modo 'deconstruido' porque en sus novelas hay, en su opinión, dos líneas: la trama y el estilo; el fondo y la forma. No sólo considera que es importante lo que cuenta sino cómo lo cuenta porque en la literatura, en el arte en general, el estilo es esencial.

“No me conformo con contar una historia: la cuento y, además, mi intención es contarla de forma bella (si lo logro o no, lo dirán los lectores). Por eso escribo la trama y después la desmenuzo, la deshago con juegos del lenguaje, con cambios de punto de vista...”, precisa la autora de 'Sólo los tontos creen en el amor', a quien le entusiasma construir escenas potentes, con una prosa limpia y directa, sin rebuscamientos, a quien le gusta escribir (y reescribir) sobre personajes llenos de aristas, en construcción, que tienen un amplio arco de transformación, desde el principio al fin.

Su actual proyecto literario es una novela ambientada en el mundo del vino, que le fascina: “los viñedos y la relación con la tierra, y el producto final, el vino, todo lo que gira alrededor, bodegas, luchas, leyenda”, sintetiza esta novelista leonesa con la mirada puesta en el ancho mundo, que mantiene en activo un interesante blog, 'Superheroína del noroeste', en el que relata la historia de su vida y aun otras historias.

Entrevista breve a Marta del Riego Anta

“Escribo porque si no, nada tendría sentido”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'Una chica en invierno', del poeta británico Philip Larkin. Una novelita que es una maravilla de concisión y de uso poético del lenguaje.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

Bandini, el alter ego del escritor John Fante, en la parte irónica de la vida. 'Madame Bovary' en la parte trágica.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

'Los jardines de la disidencia', de Jonathan Lethem.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Perseverancia e imaginación.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Lealtad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

La política: un puñado de ególatras a quien no interesa España.

La sociedad: hacemos lo que podemos para sobrevivir.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

La naturaleza y la literatura.

¿Por qué escribes?

Porque si no, nada tendría sentido.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Me divierten, me incitan a la brevedad y a la locura.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Poesía, desde Colinas hasta Wislawa Szymborska; literatura anglosajona, sobre todo del sur de EEUU, Flannery O´connor, Faulkner, y John Cheever, Alice Munro; literatura nórdica y centroeuropea, Tranströmer, Unica Zürn; y escritoras latinoamericanas Mariana Henríquez, Selva Almada. Me gusta descubrir nuevos (e inmensos) talentos.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Tengo mi blog, superheroinadelnoroeste.blogspot.com, aunque lo tengo un poco abandonado.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

La felicidad es ahora.

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